Miguel de la Quadra-Salcedo. Aventurero

Don Miguel de la Quadra-Salcedo
Ha fallecido en Madrid el inolvidable Miguel de la Quadra. Aventurero, periodista, atleta. Nacido en Madrid, pero de origen vasco-navarro, siempre reivindicó sus raíces encartadas. En los últimos años nunca se separó de su makila.

Como contamos previamente, de la Quadra batió la plusmarca mundial de jabalina con la técnica de Félix Erausquin, la del lanzamiento de barra vasca o palankari. Ante la peligrosidad que ofrecía esta técnica para lanzadores inexpertos, la IAAF se vio en la obligación de modificar el reglamento por dos veces, incluyendo en el reglamento que ni el lanzador ni la jabalina podían estar orientados en ningún momento del lanzamiento de espaldas a la zona de lanzamiento. Esta marca no se homologó pese a ser la modificación posterior al lanzamiento. En su registro personal llegó a los 112'30 metros (el actual récord se encuentra en los 98'48m).

Como periodista cubrió diferentes crisis y guerras (Congo, Vietnam, Chile), pero quizá su mayor logro fue la iniciativa personal 'Ruta Quetzal', que ayudó a tender puentes entre jóvenes españoles y latinoamericanos.

Gernikako Arbola

Gernikako arbola, el árbol de Gernika
El Árbol de Gernika, el roble que simboliza las libertades tradicionales de todos los vascos. 

Se cree que el árbol padre nació en el siglo XIV. Su sucesor, el Árbol Viejo, fue plantado en 1742 y murió en 1892. El Árbol Hijo, descendiente de éste, fue testigo del bombardeo de Gernika en abril de 1937. Cuando las tropas franquistas tomaron la ciudad, se corrió el rumor de que varios falangistas se disponían a cortar el Árbol con hachas, por considerarlo un símbolo nacionalista. El entonces capitán del Tercio de Begoña, Jaime del Burgo Torres, mandó formar un escuadrón de requetés armados con el que rodeó el Árbol e impidió que fuera dañado.

El Lehendakari Aguirre realizó aquí el juramento de su cargo, por el valor simbólico del lugar. Estas fueron las palabras que utilizó:

Jaungoikuaren aurrean apalik,
euzko-lur ganian zutunik
asabearen gomutaz
Gernika'ko zuaizpian   
nere aginduba ondo betetzia zin dagit.  

Ante Dios, humildemente,
en pie sobre la tierra vasca,
en recuerdo de los antepasados,
bajo el árbol de Guernica
juro desempeñar fielmente mi cargo.

Stéphane Pirel - Linograbados

Stéphane Pirel - ArtzaStéphane Pirel - HondarribiaStéphane Pirel - Guethary

Los linograbados de Stéphane son una pequeña joya. Utilizando esta curiosa técnica de impresión en negativo, Stéphane Pirel refleja los motivos vascos (sobre todo de Iparralde) más populares: arrantzales, los pimientos de Ezpeleta, las ciruelas de Itxassou, los caseríos de Ainhoa, los pottokas...
Os dejo su dirección, merece la pena pasarse:

Boutique Crusoée
25 rue Garat
64500 Saint-Jean-de-Luz
+33 5 59 85 13 77

Elizabide el vagabundo, Pío Baroja

Pío Baroja
Baroja siempre me sorprende, no es un secreto que es de lejos mi escritor favorito. Tiene la increíble habilidad de hacer que escribir parezca fácil. Esa aparente sencillez artística oculta un increíble talento dificilísimo de imitar. Lo cuentan los pintores que han tratado de imitar las pinturas rupestres: no pueden, son incapaces.

Hace unos días encontré en la biblioteca un precioso cuento sobre un tipo que regresa de américa a su pueblo guipuzcoano, sin haber hecho fortuna, por la puerta de atrás. Un cuento humilde, sin ninguna pretensión, con un protagonista muy barojiano: un antiéroe tímido y romántico con el que resulta muy fácil identificarse. De lo mejor que he leído en los últimos años. Os dejo el típico retrato impresionista barojiano de Elizabide:

"Era un tipo bastante curioso el de Elizabide el Vagabundo. Reunía todas las cualidades y defectos del vascongado de la costa; era audaz, irónico, perezoso, burlón. La ligereza y el olvido constituían la base de su temperamento; no daba importancia a nada, se olvidaba de todo. Había gastado casi entero su escaso capital en sus correrías por América, de periodista en un pueblo, de negociante en otro, aquí vendiendo ganado, allá comerciando en vinos. Estuvo muchas veces a punto de hacer fortuna, lo que no consiguió por indiferencia. Era de esos hombres que se dejan llevar por los acontecimientos sin protestar nunca. Su vida, él la comparaba con la marcha de uno de esos troncos que van por el río, que, si nadie los recoge, se pierden, al fin, en el mar."

Ramuntcho: ¿encinas o robles?

Portada de Ramuntcho, edición francesa
Hace unos días me decidí por fin a leer el famosísimo (sobre todo en Francia) Ramuntcho, de Pierre Loti, traducido por un tal Manuel de Montoliu.

Algo sé de francés, así que desde el principio me llamó mucho la atención una errata que se repite a lo largo de todo el libro, creo que en más de 20 ocasiones. Es la incorrecta traducción del término francés Chêne por encina. Aquí, obviamente por el contexto del lugar donde transcurre la acción, Euskal Herria, el traductor debería haber puesto roble.

Incluso en un par de ocasiones, se lee que, siendo otoño, "el suelo estaba tapizado de hojas de las encinas", cuando (casi) todo el mundo sabe que la encina, aparte de ser un árbol más propio de otras latitudes, es de hoja perenne.

Esto sería una mera anécdota (sin dejar de ser un grave error por parte del traductor) si no fuera porque precisamente Loti, conociendo el profundo simbolismo del roble en Euskal Herria, el importantísimo Haritza, quiso hacer hincapié en esta especie, dándole un gran protagonismo en toda su novela. Protagonismo que, el traductor se ha cargado de un plumazo.

Por cierto, una novela muy recomendable. Quizá demasiado 'pintoresca' y abundante en estereotipos, pero amable, de fácil lectura y muy entretenida. En cualquier caso, yo me sigo quedando con el Zalacaín de Baroja.